Cómo convertirte en emprendedor desde la oficina
Emprender es lograr un antes y un después en una área u organización; es decir, lograr un cambio positivo y significativo en las conductas de las personas, en los procesos y funciones.
Por Alberto Rodriguez Aguirre*
Emprender es una palabra que sin duda alguna has escuchado reiteradamente. Pero es cierto que cada vez que la escuchamos va acompañada de frases como estas:
“Estoy decidido, quiero convertirme en un emprendedor, tengo una idea buenísima”
“Quiero emprender mi propia empresa, quiero ser mi propio jefe”.
O, bien, en estadísticas como las siguientes:
De acuerdo con el reporte anual del Global Entrepreneurship Monitor, en su edición 2015 – 2016, en México:
- 49% de las personas consideran que emprender, es una opción de carrera deseable.
- 34% de las personas tiene miedo al fracaso en su intento por emprender.
- 45% de las personas creen tener los conocimientos necesarios para emprender.
Entonces, ¿emprender es sólo para aquellos que quieren iniciar un negocio propio, iniciar la aventura alejados del contexto “empleado”? ¿Por qué no ser emprendedores en nuestros propios lugares de trabajo? ¿Cómo ser un emprendedor y crear las condiciones necesarias para serlo en tu lugar de trabajo?
Para contestar a estas preguntas, sería importante que consideres tres conceptos; Empowerment, Accountability e Innovation. Si quieres ser el líder de un equipo de emprendedores en tu organización, deberás incorporar estos tres conceptos en tu ADN.
Porque un líder emprendedor es aquel que genera un ambiente en el lugar de trabajo en donde existe:
- Empowerment. Reconoce a las personas por sus ideas y esfuerzos, quienes asumen la responsabilidad de sus propias acciones y fungen como piezas importantes en el liderazgo de la organización. Obteniendo lo mejor de sí, dando la oportunidad de que sea dueño de su propio trabajo, impulsando su autoestima y confianza; convirtiendo su trabajo en un reto, no en una carga.
- Accountability. Rendición de cuentas; las personas llevan el éxito dentro de ellos y no dependen de condiciones externas, cada uno asume un compromiso individual del rol que desempeña dentro del equipo y de la organización, teniendo una iniciativa basada en la proactividad y en la responsabilidad individual.
- Innovation. Favorece a la creatividad, a la imaginación y el apetito por el error, buscando un proceso continuo de mejora permanente, que permita implementar nuevas ideas, generando un valor agregado a los procesos ya existentes y a las funciones que desempeñan en el día a día.
Si logras poner en práctica permanente estos tres conceptos en tu lugar de trabajo, tendrás un equipo de trabajo muy valioso, un equipo emprendedor.
Ahora bien, no sólo se trata de generar un lugar de trabajo con las condiciones necesarias para emprender, sino, también, de ser un líder que concuerda con esta idea. Por eso te quiero compartir los siguientes pasos, que te servirán como una guía para accionar el emprendedor que llevas dentro:
- Determina cuál es tu mejor habilidad. ¿Qué te divierte y disfrutas de lo que hoy haces en tu día a día laboral? Detecta y elige correctamente esa mejor habilidad.
- Diseña un plan de trabajo.
- Identifica qué proceso o proyecto necesita ser innovado o creado en tu organización.
- Elige el proceso o proyecto que ayude a potencializar tu habilidad detectada.
- Ponle fechas, responsables y objetivos claros y alcanzables.
- Sin miedo a equivocarte. Todos los errores son experiencias, y estas te proporcionarán el aprendizaje necesario para convertirte en un emprendedor exitoso.
- Focaliza y se perseverante. Nadie sabe de todo. Por ello, es fundamental posicionarte en tu mayor habilidad y no distraerte innecesariamente. Procura ser constante en lo ya planeado.
- Capacítate. Invierte tiempo y esfuerzo en afinar y desarrollar al máximo tu habilidad.
- Confianza. Constantemente estarás tomando decisiones y asumiendo riesgos, por lo cual es fundamental que tengas confianza en ti y en la gente que colabora contigo.
Por último, emprendimiento en tu organización, es lograr un antes y un después en una área u organización; es decir, lograr un cambio positivo y significativo en las conductas de las personas, en los procesos y funciones de tus reportes o entre las áreas de tu organización. Generarle un valor agregado a la organización por el sólo hecho de haber implementado un cambio.
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